Pueblos con encanto en Salamanca: 5 joyas que te harán viajar en el tiempo
Salamanca no solo es monumental por su capital.

Salamanca no solo es monumental por su capital. En su provincia se esconden auténticos tesoros que parecen detenidos en el tiempo, pueblos que combinan historia, naturaleza y tradición, y que invitan a recorrer sus calles sin prisa. Si estás pensando en una escapada con alma, te presentamos cinco pueblos con encanto en Salamanca que te conquistarán desde el primer paso.

La Alberca, el primero en ser declarado Conjunto Histórico

Situado en plena Sierra de Francia, La Alberca fue el primer pueblo de España en recibir la distinción de Conjunto Histórico-Artístico. Sus calles empedradas, balcones de madera repletos de flores y fachadas con inscripciones religiosas hacen de cada rincón una postal. Pasear por La Alberca es respirar autenticidad.

Pero La Alberca no solo conquista por su estética. Su calendario festivo es una auténtica celebración de las tradiciones más ancestrales, como la famosa moza de ánimas o la festividad del Cerdo de San Antón, que recorre el pueblo libremente antes de ser sorteado. Además, desde aquí puedes acceder fácilmente al Parque Natural de Las Batuecas, uno de los enclaves naturales más impresionantes de Salamanca.

Ciudad Rodrigo, una fortaleza llena de vida

A orillas del río Águeda se alza Ciudad Rodrigo, una ciudad amurallada con un imponente patrimonio histórico. Sus murallas, que aún se pueden recorrer, envuelven un centro lleno de palacios, iglesias y plazas que cuentan siglos de historia. Su catedral, el Castillo de Enrique II de Trastámara, y su Plaza Mayor son solo algunos de sus imprescindibles.

Ciudad Rodrigo también es famosa por su animado Carnaval del Toro, una fiesta popular que llena de vida sus calles cada febrero. Su ubicación, muy cercana a la frontera con Portugal, la convierte en punto estratégico y perfecto para combinar cultura, naturaleza y gastronomía.

San Felices de los Gallegos, historia viva en la frontera

San Felices de los Gallegos  es uno de esos pueblos que respiran historia en cada rincón. Declarado Conjunto Histórico, se encuentra muy cerca de la frontera con Portugal, lo que le otorga un carácter defensivo que se conserva aún hoy en su castillo medieval, sus murallas y su trazado urbano.

Pasear por San Felices es como viajar en el tiempo: descubrirás iglesias románicas, antiguas casas señoriales y hasta un museo del aceite que rinde homenaje a la tradición oleica de la zona. Además, su entorno natural, dentro de las Arribes del Duero, es ideal para disfrutar de caminatas con vistas espectaculares.

Candelario, el pueblo entre la nieve y la historia

Candelario es uno de esos pueblos que parecen salidos de una película. En invierno, su estampa bajo la nieve es mágica, y durante todo el año, sus regaderas —canales de agua que recorren las calles— aportan un sonido relajante mientras paseas por su centro histórico.

La arquitectura serrana, con sus casas de piedra, balcones y portones típicos, se combina con una profunda tradición chacinera. Aquí puedes descubrir cómo era una antigua casa de matanza en su museo etnográfico y degustar embutidos únicos en la zona.

San Martín del Castañar, equilibrio perfecto entre historia y naturaleza

Ubicado también en la Sierra de Francia, San Martín del Castañar es un remanso de paz rodeado de vegetación. Su castillo medieval, que alberga un cementerio en su interior, y su plaza porticada son algunos de sus tesoros más curiosos.

Además, es punto de partida de varias rutas de senderismo, como el famoso Asentadero – Bosque de los Espejos, una experiencia artística y natural que te invita a ver el paisaje con otros ojos. San Martín combina tradición y vanguardia en un equilibrio perfecto.

Vive la experiencia desde el Hotel Salamanca Montalvo

Si quieres descubrir estos pueblos con encanto en Salamanca, el Hotel Salamanca Montalvo es tu punto de partida ideal. Situado a solo 5 minutos del centro de Salamanca, te ofrece la tranquilidad y el descanso que necesitas tras un día explorando la provincia.

Reserva tu habitación y empieza a recorrer estos rincones con alma. Salamanca te espera… y te sorprenderá.

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